martes, septiembre 27, 2005

La casa de cera

Una historia ridícula, aburrida, sin sentido y con situaciones sacadas de la manga, eso resume a La Casa de Cera, la cual entra al museo de las malas películas.

La historia de un museo lleno de figuras de cera es uno de los mitos cinematográficos más usados, desde Casa de Cera (1957), con Vincent Price –primer filme hecho en tercera dimensión-, pasando por las películas del Santo (Santo en el museo de cera, 1963), hasta películas de terror modernas (como la excelente Waxwork (1988). Hasta Pedro Infante pensaba filmar una, aunque no de terror.

En esta versión bastante aburrida (casi una hora donde no pasa casi nada), un conjunto de jóvenes estúpidos van a un partido, y en el camino deciden quedarse a dormir al aire libre cerca de un lugar tenebroso (cualquiera en sus cinco sentidos preferiría irse a un hotel).

Luego aparece una camioneta la cual los asusta, mientras uno de los chavos lo arremete con una botella; luego el conductor de la camioneta llega en la noche y da una vuelta por ahí, y descompone uno de los autos.

Por ello, al día siguiente, deciden buscar una refacción en un pueblo cercano, desconocido, que ni siquiera aparece en el mapa GPS; aunque no se como si hay un pueblo que nadie conoce tiene luz eléctrica, bueno, es algo fuera de lugar.

El horror ya comienza a la mitad de la película, por lo que uno pestañea en la primera mitad. Las escenas de terror están bien filmadas, algo de sangre, un poco encima de la media, y algunas vueltas de tuerca interesante. Los efectos especiales del final están muy bien hechos. Sin embargo, creo que si La casa de cera hubiese durado menos la película saldría mejor.

Algo bueno es que en el filme tenemos la oportunidad de ver a Paris Hilton (que no actúa mal) siendo masacrada, además de darnos cuenta que no tiene mucho cerebro.

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